Evaluación del proyecto.

En relación a la ocupación de las plazas:

  • Nivel de ocupación al inicio de cada curso, indicando edad y diagnóstico del alumnado, con referencia al nivel cognitivo.
  • Alumnado que ha abandonado la escolarización preferente, indicando motivo y modalidad de escolarización posterior.
  • Previsión de alumnado en el sector, en espera de escolarización preferente, indicando edades.

Aspectos que se consideran especialmente significativos en la evolución de cada niñ@ tales como:

  • Aumento de permanencia en el aula de referencia, reflejando para cada alumn@ la programación de dicho aspecto en el primer y último trimestre de cada curso.
  • Aparición del lenguaje, adquisición de lenguaje alternativo, incremento de la intención comunicativa.
  • Aparición o incremento de conductas relacionales, con adultos y niños, valorando aspectos cuantitativos y cualitativos.
  • Desaparición, o reducción significativa, de conductas agresivas, auto lesivas, destructivas, disruptivas.
  • Adquisición de autonomía personal en control de esfínteres y vestido. Normalización de la alimentación (masticación, repertorio de alimentos, autonomía...).
  • Otros avances concretos que permitan valorar la evolución del alumnado.
  • Concreción de las familias en cuanto a situaciones cotidianas que han mejorado de forma importante, facilitando la relación con el niñ@, la crianza y mejorando el clima familiar (sueño, familia extensa, comportamiento en espacios públicos, y los ya referidos para el entorno escolar).

En relación a los profesionales:

  • Proporción aproximada de profesores que ha participado en actividades de formación.
  • Valoración del tutor/a en relación al desarrollo de las actividades de enseñanza aprendizaje y al clima del aula cuando está el alumno/a con TEA.
  • Implicación del personal, docente y no docente, en la atención a este alumnado en otros espacios y actividades del centro.

La evaluación incluirá propuestas de mejora para actuaciones posteriores.

Formación del profesorado.

En la práctica se observa que la puesta en marcha de un entorno educativo estable y predecible, desarrollando una metodología específica, no es únicamente responsabilidad de un profesional determinado o de un ciclo concreto, sino que, para conseguir una intervención de calidad adecuada a las características de todo el alumnado, es necesario que en dicha respuesta educativa participen todos los miembros de la escuela, constituyéndose ésta como una escuela abierta a toda la diversidad, donde tiene cabida toda la comunidad educativa (escuela inclusiva).

En este sentido se hace necesario hacer partícipes a todos los profesores del centro preferente para la escolarización del alumnado con TEA de este proyecto de centro mediante la formación del claustro a través del Centro de Apoyo al Profesorado, para que conozcan las características de este alumnado y desarrollen marcos de intervención adecuados.

Organización de la jornada.

Nuestros alumnos están escolarizados en el grupo de referencia que les corresponde por edad y la jornada escolar de cada alumno se distribuye entre estos dos espacios educativos, incrementando el tiempo en el aula de referencia en función de la progresión de cada alumn@.

El aula de apoyo debe ser considerada como un espacio de preparación y transición al aula de referencia. El momento y grado de incorporación al aula de referencia se establecerá atendiendo a las necesidades educativas de cada alumno, pudiendo variar de unos a otros.

Los alumnos que ya pasan tiempo con su grupo de referencia, para aquellas actividades que requieran habilidades que ya tienen adquiridas o se ajusten mejor a su intereses y motivaciones, permanecerán con el profesor tutor del grupo de referencia, para aquellas actividades que requieren competencias que todavía están en desarrollo, se proporcionará un apoyo limitado por parte del profesorado especializado dentro del grupo de referencia, el aprendizaje de nuevas competencias se realizará en el aula de apoyo especializado.

Estructuración general de la jornada escolar

La jornada escolar se distribuira entre su aula de referencia y el aula TEA, estructurandolo en base a las necesidades de cada uno de ellos. 

Metodología.

Estrategias metodológicas generales.

  • Estilo docente directivo: Dicho estilo supone que los adultos que se relacionan con el alumno sean facilitadores de una percepción más ordenada del mundo y la situación escolar en concreto. En este sentido, un estilo directivo es aquel que no deja al azar o a la improvisación ningún aspecto, es decir, se refiere a la máxima planificación de todo (objetivos, contenidos, métodos y actividades).
  • Ambiente estructurado y predecible: Se observa la necesidad de facilitar la comprensión del entorno a estos alumnos y la anticipación de situaciones y sucesos. El entorno educativo debe ser un medio estructurado y sistemático adecuado a sus necesidades y capacidades. El ambiente ha de facilitar la comprensión de relaciones de contingencia entre sus propias conductas y las consecuencias de las mismas.
  • Tiempos: Su estructuración y la facilitación de la comprensión de secuencias temporales se realiza a través de: paneles de actividades, metodología de trabajo por rutinas, señalando las relaciones de contingencia, la puesta en marcha de la agenda o registro gráfico o escrito de secuencias de actividades del día. El uso de agendas facilita la comprensión de situaciones, organizan el tiempo y facilitan la anticipación.
  • Espacios: Ambientes poco complejos, no híper-estimulantes, claves visuales en todo el centro (espacios como el comedor, servicios, aulas, etc.). Es aconsejable la estructuración de espacios a través de metodología de entornos, rincones, etc.
  • Ajustar las tareas al nivel de competencia curricular y al nivel evolutivo, así como ajustar las ayudas: el apoyo puede ser en un inicio total para después hacer que vaya disminuyendo progresivamente.
  • Análisis de los intereses personales. Para garantizar la motivación es fundamental conocer sus intereses y gustos personales, de modo que se planifiquen actividades que puedan resultarles atractivas y motivadoras en sí mismas. Por otra parte, en general estos alumnos poseen un restringido campo de intereses, en ocasiones incluso absorbentes, que es fundamental conocer con el objetivo de ampliarlos, lo cual revertirá en una mayor flexibilidad cognitiva.
  • Utilización de reforzadores inmediatos y potentes. Es necesario reforzar a los alumn@s con T.E.A igual que al resto, pero además en su caso es necesario que estos reforzadores sean potentes e inmediatos para mejorar la comprensión de contingencias y el conocimiento de la influencia de su conducta y actuación sobre las situaciones y las personas, es decir sobre su entorno.
  • Aprendizaje por modelado y moldeado de conductas. Ante problemas conductuales se opta por realizar un análisis funcional de la conducta de forma individualizada, analizando condiciones del entorno que pueden generar problemas de conducta y consecuencias de la misma para el propio alumn@ y su entorno. Es fundamental que estas conductas no se refuercen. Sin embargo, es también imprescindible tener en cuenta que la gran mayoría de las conductas inapropiadas tienen una intención comunicativa. Enseñanza de Procedimientos de autorregulación de las iniciativas positivas y autocontrol de las conductas no adaptativas del alumn@ mediante auto instrucciones.
  • Enseñanza en entornos naturales. Aula, gimnasio, patio, comedor, cocina, aseo o calle, supone utilizar las situaciones naturales cotidianas, que exigen una competencia, para enseñarla en su contexto habitual, lo cual favorece la funcionalidad del aprendizaje.
  • Generalización intencionada de los aprendizajes. Generalización de las estrategias metodológicas y los aprendizajes realizados a diferentes entornos y/o espacios, a diversas situaciones, con distintas personas.
  • Estilo comunicativo del profesor@. El profesor/a debe usar un lenguaje que garantice la comprensión, sin hablar demasiado rápido, enfatizando la entonación, utilizando frases cortas y sencillas, repitiendo el mensaje y reforzándolo con gestos, signos y las ayudas visuales necesarias.
  • Mediación social del adulto. Mediación de los adultos para favorecer y provocar la interacción del alumnado con éstos y con sus compañer@s en diferentes contextos.
  • Mediación entre iguales. Los compañer@s de los alumn@s con TEA pueden resultar el mejor recurso como mediadores en la interacción y comunicación con otros. Es muy conveniente proporcionar a los compañer@s claves para comprender sus actitudes y comportamiento y apoyar sus aprendizajes y relaciones. En este sentido, el trabajo en grupos cooperativos puede resultar muy beneficioso.
  • Apoyo intensivo: se hace referencia a la necesidad de apoyo en los distintos entornos del centro (aula de apoyo, aula de referencia y zonas comunes). Es importante contar con apoyo dentro del aula de referencia, sobre todo en las fases iniciales de inclusión en el aula. Después este apoyo va, poco a poco, desapareciendo y se delega en los tutores. Es fundamental que, desde un inicio, los tutores los sientan como alumnos de su tutoría.
  • Coordinación y trabajo conjunto de todos los profesionales implicados. Se han de planificar espacios y tiempos para la reflexión conjunta y la coordinación entre todos los implicados, con el fin de compartir actuaciones y de facilitar intervenciones coherentes y complementarias entre sí.

Por último, es importante señalar la necesidad de mantener una coordinación fluida con las familias de estos alumn@s. En este sentido, la función tutorial referida a las familias debe ser muy intensa, así como la función de orientación y asesoramiento a las mismas por parte de los profesionales del Equipo de Orientación.

Metodología en el aula de apoyo

Será en el aula de apoyo donde se desarrollará buena parte del apoyo intensivo que se ofrece a estos alumn@s. En este sentido, es un espacio adaptado prácticamente en exclusiva a sus necesidades y características y, por tanto, con posibilidad de una mayor especificidad metodológica. La organización y metodología de un aula de apoyo para alumnado con TEA gira en torno a la estructuración del ámbito espacio-temporal.

Para favorecer la estructuración temporal y la anticipación se usarán: claves visuales (pictogramas, dibujos, fotos...); agenda mural; agenda individual.

Organización por entornos: La organización de los contenidos, de las rutinas y de las actividades en espacios bien definidos configuran los entornos de trabajo dentro del aula. Los entornos de trabajo se diseñan y priorizan según las necesidades que presenta el alumnado.

Principios de intervención educativa.

  • Inclusión: Se considera necesario garantizar que el aula de referencia presente las características apropiadas que favorezcan la inclusión del alumnado con T.E.A.
  • Normalización: tratando de que la vivencia educativa de estos alumn@s sea lo más normalizada posible, compartiendo con sus compañeros/as el mayor número de actividades (en el aula de referencia, en el patio, en salidas, etc.).
  • Funcionalidad de los aprendizajes: Buscar que los aprendizajes sean aplicables a la vida cotidiana y que el alumn@ pueda transferirlos a otros contextos.
  • Aprendizaje significativo: El aprendizaje significativo es el proceso por el cual un individuo elabora e internaliza conocimientos (haciendo referencia no solo a conocimientos, sino también a habilidades, destrezas, etc.) en base a experiencias anteriores y en relación con sus propios intereses y necesidades.
  • Desarrollo integral de la persona: Abarcar todos los ámbitos de desarrollo del individuo.
  • Entorno estable: Es fundamental favorecer un entorno estable que mantenga la continuidad de profesionales y metodología de trabajo para minimizar las consecuencias que los cambios producen en este alumnado.
  • Implicación y sensibilización de toda la comunidad educativa: para el correcto desarrollo del proyecto.